En momentos en que crece la incertidumbre en el sector eléctrico por el anuncio del presidente Gustavo Petro de que se hará cargo de la regulación de los servicios públicos, por estos días hace 30 años Colombia estaba terminando 11 meses de oscuridad que tuviste que lidiar con un ‘tormento perfecto’ que se formó entre una sucesión de hechos y malas decisiones en años anteriores.
El próximo martes se cumplieron 30 años del fin del deficiente racionamiento eléctrico en el país, mientras se abre un debate sobre la posibilidad que planteó el presidente de la cambiar el funcionamiento de la institución creada legítimamente tras el apagoncon el fin de evitar que se repitiera.
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Asimismo, los desencuentros internos del mismo gobierno que surgieron en el tema petrolero y tomaron la iniciativa de la viceministra de Energía Belizza Ruiz desembocaron en las advertencias sobre riesgo de apagón en Bogotá y otras zonas, a las que siguieron declaraciones en el mismo sentido del presidente del Grupo Energía de Bogotá (GEB), Juan Ricardo Ortega (ver página siguiente).
La lógica entre el 2 de marzo de 1992 y el 7 de febrero de 1993 fue el detonante para transformar por completo el sector eléctrico en el país.
Tras el anuncio del entonces presidente, César Gaviria, Bogotá se quedó sin luz nueve horas al día; en la región Caribe fueron diez horas, y en San Andrés y Providencia reinó la penumbra durante 18 horas.
La vida diaria cambió
En este momento estoy tirando de las plantas eléctricas de gasolina y las velas hacia atrás. Los llamados a ahorrar agua, con la campaña ‘Cierre la llave’, no dieron los resultados esperados y tomaron medicamentos más drásticos como adelantar los relojes una hora para aprovechar mejor la luz del soluna idea del entonces ministro de Comercio Exterior, Juan Manuel Santos, que Dios paso a ‘La Hora Gaviria’.
A partir del 2 de mayo de 1992, y para cada mes, el día 5 de la mañana, las vigilias marcan el día 6, y los niños deben salir en la oscuridad para bañarse en agua fría para ir al colegio, al igual que los adultos. por sus trabajos.
Los aviones al caer la noche ya no eran ver televisión porque, buscando bajar el consumidor eléctrico, las casas se mantendrán sin luz. Programadoras debe transmitirse en el prime time francés hasta las 22:00 horas. Por tanto, también nació La luciérnaga, un programa que 30 años después continúa.
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¿Qué falló?
Las mejores ideas surgen de una discusión y no de una sola posición del gobierno
Creó la tormenta perfecta por la cual el país se ve abrumado. Julián Rojas, docente de la Universidad del Rosario y experto en temas regulatorios, comentó que en los años previos a 1992 Colombia ha experimentado una alta inflación y una fuerte devaluación del peso frente al dólar. Además, los precios de la energía estuvieron congelados por un tiempo.
Esto ha llevado a que ISA y otras empresas 100 por ciento estatales que han soportado su carga de generación y transmisión de energía, comenzaran a tomar serios problemas financieros y no pueden hacer las inversiones necesarias para ampliar las redes y realizar el mantenimiento que requieren esas plantas, como las térmicas, pueden entrar a restaurar la generación hidroeléctrica, como se espera.
En 1992, la deuda del sector eléctrico superaba los $5.000 millones. Su alto compromiso pesó el 40 por ciento de la deuda externa del paísa lo que se sumó una insolvencia financiera y grandes fallas en la gestión administrativa que le impidieron responder a la crisis.
Además, la de una extrema sequía por el fenómeno del niño dejó al país sin el agua para generar energía, lo que agudizó la situación que vivía y fue el detonante de la racionalización, dice Alejandro Castañeda, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg).
Durante 30 años, el 78 por ciento de la energía consumida en el país fue generada por centrales hidroeléctricas. Cuando comenzó la temporada en diciembre de 1991, el nivel de embalsamamiento era del 39 por ciento, y en apenas cuatro meses se redujo al 3,75 por ciento (30 de abril de 1992).
también influyó El regreso de más de cinco años y sobrecostos en la hidroeléctrica El Guavio, hoy el más grande del país con 1.260 megavatios de capacidad. Dicen los expertos que de haberse ingresado en ese momento, y no en diciembre de 1992, se habría evitado el apagón.
giro de 180 grados
El racionamiento de energía implica cambios de la mayor importancia en el sector eléctrico. Con las leyes 142 (de servicios públicos) y 143 (ley eléctrica) de 1994 se reformó completamente este sector y se abrió la puerta a la inversión privada.
Se vendieron algunos generadores y energizadores para entregarlos al Estado es una carga que significa brindar el servicio, y nació la Carga por capacidad (ahora Carga por confiabilidad), y el sector asume la responsabilidad de asegurar el suministro de energía en condiciones hidrológicas críticas.
Ahora bien, el 66,8 por ciento de la electricidad se genera con agua; las térmicas pesan un 31.5 por ciento en la matriz; las plantas solares, 1,49 por ciento, y las eólicas, 0,09 por ciento, según XM.
“Las lecciones de esta experiencia nos llevaron a desarrollar un marco legal que es parte de una institución establecida con entidades encargadas de regular, supervisar y planificar un sector que requiere regulaciones claras para poder atraer la inversión necesaria que garantice una prestación del servicio eficiente, confiable y limpia, como lo tenemos”, dice Natalia Gutiérrez, presidenta de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica (Acolgén).
En tanto, Castañeda se percató de que el vuelco se sintió aliviado de que el Estado se animara en el papel que tiene hoy, que es la definición de la política pública, la regulación, vigilancia y control del servicio eléctrico.
Tras este apagón nació toda la institucionalidad del sector: se crearon la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) para la asunción de la parte regulatoria; la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme), para la planificación del sistema, y la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios, para la supervisión y control. De igual forma, el sector se ha dividido en varios términos: generación, transmisión, distribución y comercialización de energía.
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La resistencia del sector
Es fundamental evitar cambios de técnica y señales que puedan generar dudas inciertas que afecten también al sistema de retracción
Líder gremiales aseguran que, gracias a reformas estas, se ha logrado evitar racionamientos con la legada de nuevos fenómenos del Niño fuerte, como el de 1998, 2009-2010 y 2015-2016.
El más reciente estuvo muy cerca de poner al país nuevamente en l’oscuridadpor lo que fue el más crítico desde 1992. Un período prolongado significó que el nivel de los embalses habría llegado por encima del 24 por ciento de su capacidad total hasta abril de 2016 y el precio de la energía en la factura por debajo de más de 1.500 pesos por kilovatio hora.
A esto se suma un incendio en la central hidroeléctrica Guatapé, que opera desde hace varios meses, y la difícil situación financiera que atraviesan térmicas como la Termocandelaria, por lo que se ha pagado el precio máximo que se paga por generar energía (precio de salida) por la bajo costo tuyo. Esto fue corregido y meses después Creg cambió la metodología para calcular el valor.
La campaña ‘Apagar paga’, que duró varios meses, fue el gran alias del anuncio del expresidente Juan Manuel Santos el 2 de abril de 2016 de que se descartó la posibilidad de un racionamientoalgo que no lograron países como Venezuela, Panamá, Ecuador o Brasil.
“Lo que esto demuestra es la flexibilidad necesaria para que los reguladores entiendan un problema y encuentren una solución rápidamente”, dijo Castañeda.
Por ello, considera importante mantener la robustez de la institución. “Sí, al final del día si haces ajustes, tienes que ver de qué tipo son para terminar afectando a los usuarios al cambiar quién puede trabajar desde la regulación y la institución real. La energía más cara es la que no conservas“, agregado.
En el medio, Rojas aseguró que lo mejor es que la regulación esté en manos de personas que puedan tomar estas decisiones en base a su experiencia, de acuerdo con el Gobierno porque en la Creg tienen el voto y voto de los ministerios de Hacienda y de Minas y Energía y el Departamento Nacional de Planeación. “Creo que las mejores ideas salen de una discusión y no de una sola posición del Gobierno”, dijo.
Mientras que el presidente de Acolgén manifestó: “Es crucial evitar cambios de técnicos y señales que puedan generar incertidumbre que lleven al sistema a retroceder todo lo construido en los 30 años de funcionamiento de este diseño”.