El Ministerio Público de Perú abrió una investigación preliminar contra la presidenta Dina Boluarte por presuntos delitos de «omisión de actos oficiales» o abandono del cargo. La investigación surge de la cirugía a la que se sometió Boluarte entre el 29 de junio y el 9 de julio de 2023, y la supuesta falta de información al Congreso sobre un posible impedimento temporal en el desempeño de sus funciones durante ese período.
Ante esta medida, la Presidencia republicana aseguró que cooperará plenamente con las investigaciones del Ministerio del Interior y reiteró que toda la documentación correspondiente a este período se encuentra en regla. Según el comunicado oficial, no hay evidencia de omisión o abandono de funciones por parte del Presidente.
Detalles de la cirugía y reposo médico de Boluarte
El caso desató un intenso debate político y mediático en el país. Alberto Otárola, expresidente del Consejo de Ministros, compareció esta semana ante la Comisión de Control del Congreso y confirmó que el presidente fue operado en 2023. Aunque no recuerda la fecha exacta del procedimiento, Otárola describió haber mantenido comunicación constante con Boluarto durante su recuperación.
“El día de la cirugía, hablé con el presidente al día siguiente. Por su voz se notaba que estaba operada de las fosas nasales», dijo Otárola. Según su testimonio, Boluarte se reincorporó a los consejos personales de los ministros una semana y media después del procedimiento.
Otárola también aclaró que la pausa médica de la presidenta fue breve y su recuperación relativamente rápida, lo que, según dijo, desmiente la acusación de deserción.
El actual presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, defendió a Boluarte en rueda de prensa y aseguró que el presidente nunca abandonará el mando del país. Adrianzén calificó las acusaciones como parte de un intento de desestabilizar el gobierno y el orden político en general.
Denuncias Constitucionales por Presuntas Violaciones a la Constitución
Además de la investigación fiscal, Boluarte enfrenta una denuncia constitucional presentada por la congresista Ruth Luque. En el documento, Luque acusa al presidente de violar los artículos 114 y 115 de la Constitución, que regulan el procedimiento para las trabas temporales o permanentes al jefe de Estado.
Según la denuncia, Boluarte estaría fuera de su cargo por 12 días, del 29 de junio al 9 de julio de 2023, como consecuencia de la cirugía que Luque alega que la presidenta no cumplió eficazmente con sus funciones durante ese período, lo que constituiría un delito. violación de la constitución.
El artículo 114 de la Constitución establece que el Presidente de la República deberá notificar al Congreso cualquier impedimento temporal para el ejercicio de sus funciones, mientras que el artículo 115 regula el traspaso temporal del mando en caso de incapacidad. La falta de notoriedad de Boluarte ha sido un eje central de críticas en su contra.
La trascendencia política del caso en un contexto sin vicepresidente
El caso cobra relevancia debido a la ausencia de un vicepresidente en el actual gobierno de Perú. Dina Boluarte asumió la presidencia en diciembre de 2022 tras la destitución de Pedro Castillo, quien fue destituido del cargo tras un intento de golpe de Estado. Desde entonces, el puesto de vicepresidente ha permanecido vacante, dejando al país sin un mecanismo de sucesión inmediata en caso de que el presidente enfrente obstáculos temporales o permanentes.
Este vacío institucional ha llevado a cualquier acusación de dejar el cargo, lo que genera preocupaciones sobre la estabilidad política del país. Para algunos críticos, la falta de claridad en la gestión de Boluarte durante su recuperación médica refuerza la necesidad de introducir procedimientos más transparentes en situaciones similares.
Respuesta del gobierno y tensiones políticas
Desde el inicio de esta investigación, el gobierno de Boluarte ha denunciado las acusaciones como parte de una estrategia para desestabilizar su liderazgo. Tanto Otárola como Adrianzén insistieron en que la presidenta continuó ejerciendo sus funciones durante ese período, aunque parte de su trabajo lo hizo de forma remota.
Boluarte, por su parte, reiteró que el operativo al que fue sometida no le impidió cumplir con sus funciones como jefa de Estado. Según su declaración, la intervención médica fue necesaria por motivos de salud y no supuso un alejamiento efectivo del trabajo.
El ejecutivo también dijo que estaba dispuesto a entregar toda la documentación que respalde la continuidad de las funciones presidenciales durante los días de recuperación de Boluarte. Este argumento busca desvirtuar las acusaciones de la congresista Luque y disipar dudas sobre su supuesta salida del cargo.
Un caso que refleja las tensiones políticas en Perú
El inicio de esta investigación y las denuncias constitucionales contra la presidenta Dina Boluarte son un reflejo de las profundas divisiones políticas que atraviesan el país. Desde que asumió el cargo, su gobierno ha enfrentado una oposición constante en el Congreso y una serie de conflictos internos que han puesto a prueba su liderazgo.
El caso también resalta los desafíos de la gobernanza en un contexto de incertidumbre institucional. La ausencia de un vicepresidente y las tensiones actuales entre el ejecutivo y el legislativo han dificultado la estabilidad política en Perú, dejando al país vulnerable a crisis de gobernabilidad.
Mientras tanto, los avances en las investigaciones tributarias y un posible debate sobre una denuncia constitucional en el Congreso podrían marcar un punto de inflexión en el liderazgo de Boluarte. La presidenta enfrenta no sólo un escrutinio judicial, sino también un ambiente político hostil que podría aprovechar este caso e intentar sacarla del poder.
El resultado de esta situación será crucial para el futuro del gobierno de Dina Boluarte y para la estabilidad política del Perú en un momento en que el país necesita soluciones claras y consensos para enfrentar sus desafíos sociales y económicos.