La muerte en las ventas de vivienda que hizo sufrir al país es resultado de un panorama macroeconómico de represalia. Los hogares se debaten entre sacar el dinero y navegar en las incertidumbres de las filiales inmobiliarias para acceder a su sueño de mantener con vida a los suyos.
Sin embargo, entre una lucha prolongada tras la pandemia, este año las familias colombianas encuentran el viernes que es un momento conveniente para comprar la vida. De esta forma, el mercado ha ido resintiendo y cada vez más la disposición de compra.
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Siga el Encuesta de Opinión del Consumidor de Fedesarrollosí, en marzo se logró una mejora anual en el apetito inmobiliario, pero el 44,8% de las viviendas no contemplan comprarse la vida. Es decir que en febrero el guarismo cayó 48,3%, lo que demuestra un aumento de 3,5 puntos porcentuales en el tercer mes del año.
Para los niveles socioeconómicos, tanto el estrato medio como el bajo se mostraron optimistas ante el mes anterior, pasando de una variación mensual de -49,3% a -47% y de -45,8% a -38,7% respectivamente, lo que representa, que si bien aún si por lo tanto dificultades económicas, cada vez más hogares encuentran factible adquirir vivienda. Por el contrario, el segmento socioeconómico alto refleja un mayor pesimismo que en el pasado. En febrero, el 64,9% de los gastos en este caso no contemplaba la compra de vivienda y en marzo el número de gastos aumentó en 23,1 pp hasta el 88%.
“Menos desahogos implica menos iniciaciones de obra, y por tanto la capacidad de generar el trabajo del sector y la solicitud de fondos a la economía regional la mitad que abastece las puede poner en riesgo«, explica Edwin Chiriví, gerente de Camacol Bogotá y Cundinamarca sobre la dinámica.
(‘Preventa de vivienda está afectada, ma tomando medidas’: Cusezar).
Estas cifras suponen una caída importante del apetito comprador, aunque pueden estar cerca de las generaciones generadas por la crisis del covid 19, donde la variación fue del -62%. Para la Crisis Subprime de 2008 solo cayó un 1,7%.
En todos estos estudios históricos si la intención de compra era baja, las ventas no pasaban de la cuarta parte. Ahora bien, con una orden de compra que decide y gana el 50%, surgen caídas en ventas, como en el caso de Vivienda Interés Social (VIS) de más del 58%.
“Esta dinámica, mucho más fuerte que la contracción, se explica principalmente por las condiciones actuales de las tasas de interés. Se espera que, en el futuro, los anuncios recibidos del Gobierno Nacional sobre la reactivación del Programa Mi Casa Ya y la esperada incorporación de nuevos aniversarios ayuden a recuperar esta tendencia de manera significativa.”, explicó el gerente de Camacol Bogotá y Cundinamarca.
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Según el presidente de Camacol, Guillermo Herrera, en los dos últimos meses, en marzo, se vendieron menos de 200.000 viviendas nuevas, lo que representó una caída del 25,4% respecto al período anterior. De estos, 142.950 fueron VIS que también disminuyeron un 25,4% anual.
“Vivimos una condición atípica, fuera del ciclo de la última década, que nos obliga a continuar con las acciones del Gobierno y del sector privado para impulsar una nueva contraestrategia que, al reactivar el sector, es decisiva para el empleo”, Señaló Herrera.
Esta dinámica continúa Camacol proyecta venderá 100.000 unidades VIS. En 2022 se comercializa a 172.000.
(Cada vez más familias en el país viven del próximo deporte).
PAULA GALEANO BALAGUERA
Periodista de Portafolio