El retiro de Harvey Colchado y las tensiones entre la policía y el poder político en Perú

El retiro de Harvey Colchado y las tensiones entre la policía y el poder político en Perú

El coronel de la Policía Nacional de Perú, Harvey Colchado, será oficialmente removido de la institución el próximo 1 de enero, decisión que ha generado polémica y que su abogado, Miguel Pérez Arroyo, calificó de «venganza política» y represalia. por su papel en la lucha contra la corrupción. El anuncio volvió a colocar en el centro del debate la relación entre las fuerzas del orden y el poder político en el país.

En una carta dirigida a sus compañeros policiales, cuya autenticidad fue confirmada por CNN, Colchado expresó su posición sobre la decisión: «Que todos sepan que hay policías que no se venden, que no se arrodillan y mucho menos por actos ilegales». intereses. Que sepan que subiendo no todo vale”. Estas palabras reflejan no sólo su exasperación, sino también su creencia de que esta medida es resultado de presiones políticas y no del debido proceso.

Una figura clave en la lucha contra la corrupción

Harvey Colchado fue una figura destacada en la lucha contra la corrupción en el Perú. Fue jefe de la Unidad de Investigación de Delitos de Alta Complejidad (Diviac), unidad creada para combatir el crimen organizado. Bajo su liderazgo estuvo a cargo de operativos relevantes como el allanamiento a la residencia del presidente Dino Boluarte en marzo de 2024 en el caso conocido como “Rolex” y el histórico allanamiento al Palacio de Gobierno en 2022 cuando buscaban a la sobrina. del entonces presidente Pedro Castillo, quien estaba bajo investigación por presunta corrupción.

En mayo de 2024, Colchado presentó una denuncia ante la Comisión de Fiscalización del Congreso, afirmando que Mateo Castañeda, entonces abogado del presidente Boluarte, propuso abrir una investigación contra su hermano Nicanor Boluarte a cambio de un ascenso a general. Según Colchado, Castañeda actuó en nombre del presidente y también le pidió apoyo para una investigación que involucra al presidente.

Estas acusaciones no sólo aumentaron la notoriedad de Colchados, sino que también lo colocaron en una posición incómoda frente al poder político. Desde entonces, su abogado asegura que el coronel ha enfrentado una serie de procesos disciplinarios, algunos de los cuales comenzaron poco después del allanamiento a la casa de Boluarte.

Antecedentes detrás de la jubilación

El retiro de Colchado se enmarca en la «renovación de cuadros» de la Policía Nacional, un proceso que se realiza anualmente y que, según el jefe policial Víctor Zanabrio, no tiene motivos políticos. En entrevista con el medio peruano RPP, Zanabria dijo que 319 oficiales se retirarían como parte del procedimiento y descartó represalias. «Estaríamos hablando de 319 venganza, y ese no es un adjetivo que se pueda aplicar a la conducción normal», afirmó.

Zanabria explicó que un oficial sancionado no puede ocupar un cargo similar al que ocupó durante los cinco años siguientes a la sanción, lo que, según dijo, imposibilita el ascenso de Colchado a general. Indicó además que la jubilación es una consecuencia lógica del actual sistema disciplinario.

Sin embargo, el abogado de Colchad dice que esta historia no refleja la realidad. Según Pérez Arroyo, no hubo una sanción firme contra su cliente hasta el 13 de diciembre, cuando se reunió la Junta de Calificación para decidir sobre los retiros. De los 10 procesos abiertos contra Colchado, varios ya fueron archivados y otros aún se encuentran en primera instancia, por lo que el proceso administrativo no se ha agotado del todo.

El abogado también sostiene que el objetivo principal del proceso disciplinario iniciado contra Colchad después de marzo de 2024 fue sacarlo del cuerpo policial, y que, en su defecto, se crearon las condiciones reglamentarias necesarias para justificar su retiro como una medida aparentemente regular.

El caso Boluarte y sus consecuencias

El retiro de Colchado no puede entenderse sin considerar su papel en investigaciones delicadas que involucran a figuras políticas de alto perfil, incluida la propia presidenta Dina Boluarte. Durante el allanamiento de marzo a la residencia presidencial, un equipo liderado por Colchad buscaba pruebas relacionadas con el caso «Rolex» en el que se investiga a Boluarte.

Además, las denuncias del coronel contra el ex abogado presidencial Mateo Castañeda agregaron tensión a su relación con el gobierno. Según Colchado, Castañeda le ofreció beneficios profesionales a cambio de retrasar la investigación de Nicanor Boluarte, quien actualmente se encuentra escondido tras ser acusado de organización criminal e influencia en el caso «Los Waykis en lashadow».

La oficina del presidente ha negado cualquier irregularidad. El portavoz de la Presidencia, Fredy Hinojosa, dijo en su momento que la actuación de Boluarte siempre se apegó a las normas y a la ley. Por su parte, Castañeda admitió que se reunió con Colchado, pero calificó el encuentro como una «emboscada».

Reacciones y próximos pasos

Ante la decisión de retiro, el abogado de Colchado anunció que solicitarán una revisión administrativa para revertir la acción. Además, hace un mes y medio, el equipo jurídico del coronel se comunicó con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para solicitar una medida cautelar para proteger sus derechos y los de otros funcionarios vinculados a la lucha contra la corrupción en el Perú.

La presidencia peruana, consultada por CNN, declinó comentar sobre el caso, argumentando que no interfiere de ninguna manera con los procedimientos internos de la policía nacional.

¿Debido proceso o represalias?

El retiro de Harvey Colchado ha reavivado el debate sobre la independencia de las instituciones en Perú y el papel de las fuerzas del orden en las investigaciones que involucran al poder político. Si bien el jefe de policía defiende la decisión como parte de un proceso rutinario, los críticos dicen que es un esfuerzo por silenciar a un funcionario inconveniente para ciertos intereses.

Colchado ha dejado claro que seguirá defendiendo su legado y su compromiso en la lucha contra la corrupción. Sus últimas palabras en una carta a sus colegas reflejan su actitud ante los acontecimientos: “Siempre habrá quienes en esta institución no cederán ante intereses ilegales. No todo se compra, ni todo se vende.»

El resultado de este caso no sólo marcará el futuro de Colchado, sino que también podría sentar un precedente en la relación entre las instituciones judiciales y el poder político en el Perú. La atención se centrará en los pasos legales que tomará su defensa y el impacto potencial que este caso puede tener en el panorama político y judicial del país.

By Aviso Peruano

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