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Oliver Sonne es futbolista del Silkeboorg de Dinamarca, sobrino de una modelo ultrafamosa de los años 90, seleccionada por Jorge Fossati, estrella de rock bautizado por nuestra afición, y es, sobre todo, el nombre de moda en el Perú, ese Perú que se oficializa en el Reniec. Así se corroboró en la reciente presentación de la selección peruana ante Nicaragua y República Dominicana en marzo pasado. Previo a su debut con la Bicolor, el furor y clamor por parte de la afición al verlo debutar con la camiseta fue un hecho nunca antes visto, que incluso molestó y molestó al técnico Jorge Fossati, quien lo convirtió en una molestia pública. .
“La verdad es que no me alegró que todo el estadio me pidiera un jugador. Simplemente lo ignoré, porque el último que debe salir perjudicado es el jugador, él no tiene la culpa. Te guste más un jugador o no, tenemos que controlarnos un poco para respetar a todos. Lo concreto y bonito es que jugó. Vino y jugó, demostró que tiene cualidades para seguir siendo tenido en cuenta«, dijo Jorge Fossati en conferencia de prensa luego de la victoria ante Nicaragua, el primer amistoso de la nueva era.
Luego, ya más tranquilo, el estratega uruguayo hizo otro comentario público, donde comentó que le pidió a Oliver Sonne que mejorara su español si quería seguir siendo convocado.
-“Tienes que adaptarte al idioma del país al que perteneces y no que el país se adapte a ti”, le habría dicho, según confesión del propio técnico.
Sonne hizo lo que todos haríamos ante un llamado de atención en el colegio: a través de su cuenta de Instagram confirmó que viene tomando clases de español, como muestra de compromiso con la selección peruana.
-La euforia en el Perú-
El sábado pasado, el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) hizo pública una lista de nombres inspirados en personajes ilustres del deporte, la música y otros ámbitos. Entre ellos se supo que en el país se registraron dos bebés con el nombre de Oliver Sonne.
“Recuerden que el nombre que elijan los padres es el signo que identificará a sus hijos de por vida”, lee la publicación del Reniec, pues también mostró una extensa lista de nombres peculiares en el país. Asimismo, según la entidad, hay más de 28 mil peruanos que se llaman Neymar y hay 2 mil con el nombre Messi. También hay otros llamados Blancanieves, Marvel, Bad Bunny, Batman o Merlina.
¿Cómo se explica este fanatismo por el nuevo lateral de la selección, que no llega ni a los 45 minutos con la selección? El Comercio buscó la opinión del psicólogo deportivo Mario Reyes, investigador de la UPC, y de Carlos Bejarano, reconocido sociólogo y docente universitario, para explicar esta situación que ha causado mucha intriga.
“No lo veo como un problema, sino más bien una cuestión de afinidad y de gustos. Recuerda que el problema es cuando eso interfiere en tu vida y no le da una connotación adecuada a las cosas, porque puedo darle el nombre de alguien y eso no es un problema”, comentó Mario Reyes.
“Como te digo, es una cuestión de afinidad, de identidad y de lo que a uno le gusta o no le gusta. El nombre es cuestión de gustos y la sensación ahora mismo es Oliver Sonne y más adelante será otra cosa. Siempre hay que ser decidido al momento de darle el nombre, porque hay que pensar que tu hijo va a crecer, no lo hagas porque te guste, porque cuando lo vayan a llamar le dirán algo. Recuerdo que un compañero de fútbol se llamaba Clark Ken, porque su padre era fanático de Superman y le puso ese nombre. El tema es hasta qué punto el nombre te puede crear identidad, pero no lo veo con una patología, sino con aspectos situacionales en ese sentido. Es básicamente una cuestión social”, afirmó.
Por otro lado, Carlos Bejarano analiza la parte sociológica y antropológica del asunto. “En antropología existe un concepto llamado magia simpática, que es el principio de que lo similar produce lo similar. Se usa mucho en publicidad, al poner a un jugador con zapatos, porque la gente piensa que por usar esas zapatillas o zapatos serán como ese jugador. Mi hijo, que está metido en la locura del fútbol, me pide esos chimpancés Predator, porque cree que va a tener algo del jugador que lo promueva”.
“Cuando imitamos un peinado es lo mismo, intentamos copiar cuando le hacemos el peinado a Cristiano Ronaldo, pensamos que nos vamos a parecer a él, se usa mucho en publicidad. ¿Y ahora qué pasa con los nombres? Desde tiempos antiguos se pensaba que el nombre es parte de la persona e incluso cuando se hacía brujería o brebaje, el nombre de la persona se decía o escribía como si fuera algo del nombre”, dijo a El Comercio el sociólogo Bejarano.
«En un país como el nuestro, donde hay tanta marginación, es muy común que la gente de apellido andino use nombres ingleses como Peter Mamani, no sé, por poner un ejemplo, porque en un país como el nuestro, donde Hay mucha discriminación, se piensa que así el niño será menos andino. El nombre es un poco de la persona, y se cree que tendrá esos atributos del futbolista. y así somos y tiene que ver con la sociedad complicada que vivimos”, afirmó.
Hoy existen dos “Oliver Sonne”. Tres, con el original. Si esto funciona y llega a la Copa América y etc., serán muchos más.
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