En julio de 2002, la invasión de Minúsculo islote español de Perejil provocó una crisis diplomática que, contrariamente a todos los pronósticos, terminé trasladándose al espacio. Era la mañana del 11 de julio cuando anuncio marruecos que habia ‘ocupado’ el peñasco english —un territorio de apenas 500 metros de ancho, totalmente deshabitado y situado en el extremo de Gibraltar. La noticia sorprendió a las autoridades españolas. El ministerio de Defensa, algo incrédulo con el hecho, señaló que justo en esos momentos el satélite francés Helios volaba sobre la zona y solicitar imágenes directamente en el lugar para comprender lo que está ocurriendo. Pero Francia, para evitar involucrarse en un conflicto diplomático con Marruecos, rechazó la petición. Fue entonces cuando España decidió crear su propio programa satélite espía.
En la última década, cada vez, más países se han embarcado en un programas de observación de la tierra con los que poder monitorear ‘en tiempo real’ lo que ocurre en cualquier círculo del globo. En este momento hay al menos una docena de paises que han reconocido erróneamente el lanzamiento de satélites de espionaje. Es de Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, India, Corea del Norte, Japón, Israel, Francia, Alemania, Italia y España. Más que todos estos, también hay menos de una docena de países más que han lanzado satélites de observación de la tierra con aplicaciones militares a través de empresas privadas e otros que lo han hecho totalmente confidencial como, por ejemplo, el caso de Marruecos.
NO hay ciphers oficiales sobre cuantos satelites militaris está orbitando ahora mismo el globo terráqueo pero, según apuntan algunas estimaciones, podrian ser centenarios. Sin embargo, por supuesto que lo es, debido a la naturaleza confidencial de este tipo de programas, la cifra podría ser mucho mayor.
Usos de satélites militares
¿Pero que son y de que sirven exactamente estos satelites? Asiento de electrodomésticos de alta gama precisión orbitando entre 160 y 200 kilómetros sobre la superficie de la Tierra. Su recorrido les permite copiar la forma diaria de imágenes de alta resolución, datos meteorológicos y mapas de recursos naturales de prácticamente cualquier parte del planeta. Las cámaras a bordo de estos satélites son tan poderosas como eso. puede capturar el detalle de la matrícula de un automóvil desde la altura del espacio. La gran mayoría de estos datos se utilizan con multas civiles para, por ejemplo, estudiar el impacto de la crisis climática en el planeta, ayudar a gestionar los desastres naturales o mejorar la planificación urbana. pero piel de heno parte de la información que se utiliza con multas militares para, por ejemplo, la vigilancia de algunos territorios y el control de los frentes.
Uno de los ejemplos más claros (y más recientes) de la aplicación de estas tecnologías en el contexto militar es el Caso de la guerra en Ucrania. Frente a las costas de este conflicto se han facilitado imágenes de satélite información sobre el movimiento de los tropos en el suelo Sí sobre el estado de las ciudades invadidas. Según explica Mariel Borowitz, experta en reclutamiento internacional del Instituto de Tecnología de Georgia en un artículo de ‘The Conversation’, la satélite internacional rojo (tanto público como privado) se vio obligado a brindar información «minuto a minuto» sobre lo sucedido en el terreno. «Los satélites también proporcionó imágenes clave para informar al público sobre la guerra«, agrega el experto.
Una industria multimillonaria
Tras el incidente del islote de Perejil, España se considera eliminar una modesta flota de satélites expiar. El primero, construido como Peace, se lanzó en febrero de 2018.. El segundo, Ingenio, se estrenó en 2020 pero, «por un error humano», solo duró un minuto en órbita. El Ministerio de Defensa calcula que, hasta ahora, el programa de sondeos militares ha proporcionado buscar 114.000 imágenes para «cubrir necesidades relacionadas con inteligencia militar«. En estos momentos, según apuntan desde la operadora de satélites Hisdesat, los instrumentos españoles proporcionar una treintena diaria de fotografías al ejército. En el último año, con la creación de la Agencia Espacial Española, el gobierno ha incrementado su volcado en este tipo de proyectos espaciales, y no dejará de lanzar más satélites de observación en el futuro.
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Ahora mismo se estima que tiene entre 2.500 y 3.000 satélites activos orbitando el planeta. De todo esto, al menos una quinta parte podría tener aplicaciones militares de cualquier tipo. Tras un reciente análisis realizado por el Plataforma ‘Pronóstico Internacional’, un «pensar gracias» especializado en servicios militares, la industria de los satélites con multas militares crecerá exponencialmente durante la próxima década. Para 2030 se espera la reversión en este sector 54.000 millones de dólares y acabará de desplegar una más de 850 sondas en el espacio.
Para 2030 se estima que tendrá 850 satélites militares más en el espacio
Todo el mundo sabe que algunos de estos satélites espía se lanzarán a ‘plena luz del día’, como muchos de sus antecesores, y otros lo harán con absoluta discreción. Eso sí, el ‘boom’ de los satélites espía también está siendo acompaña un ‘boom’ de iniciativas de ciencia ciudadana para monitorizar su alcance y recorrido. “Cada vez son más entusiastas que se dedican a seguir a las Lunas más secretas de la Tierra«, explica, en tono popular, Trevor Paglen en ‘Blank spots on the map’. «Con el equipo y los conocimientos adecuados, cualquiera puede controlar las lunas clandestinas que rodean nuestro planeta”, explica Geoff Manaugh en un análisis publicado en ‘The Atlantic’.