Más de 40 migrantes, entre ellos un bebé de unos meses, murieron en el naufragio de su barco frente a las costas italianas, no provenientes de la ciudad de Crotone, en Calabria (sur), a pocos días de la aprobación de una polémica legislación sobre el rescate de migrantes en el mar.
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“Por el momento, 80 personas fueron recuperadas con vida, algunas de ellas amarradas a la costa entre el naufragio, y se encontraron 43 cuerpos”, informó un comunicado de los guardacostas. “Decenas y decenas de muertos ahogados, incluidos niños, muchos desaparecidos.
Calabria se debe a esta terrible tragedia”, se quejó en un comunicado Roberto Occhiuto, presidente de la región de Calabria, que había “más de 200 personas” a bordo.
En las imágenes difundidas por la policía italiana, si cinco trozos de madera diseminados por la playa, donde acudieron los socorristas mientras los rescatados esperaban ser trasladados a un centro de acogida.
La jefa de gobierno, Giorgia Meloni, líder del partido Hermanos de Italia (FDI, extrema derecha), expresó su “profundo dolor” en un comunicado y manifiesto que era “criminal enviar a la mar un barco de sólo 20 metros con 200 personas a bordo y con mal pronóstico del tiempo”.
“El gobierno se compromete a prevenir las salidas y este tipo de tragedias y seguirá haciendo lo que se requiera ante todos con la mayor colaboración de los estados de salida y de origen”, dijo.
El papa Francisco también tardó en reaccionar expresando su “dolor” y afirmando “rezar por cada uno de los, por los desaparecidos y para los otros migrantes que sobrevivieron”. El presidente de la República, Sergio Mattarella, precisó que “un gran número de migrantes provenientes de Afganistán e Irán, en condiciones muy difíciles”.
Este nuevo naufragio aguanta solo uno de los días siguientes a la aprobación por parte del Parlamento italiano de una de las nuevas y polémicas normas sobre el rescate de inmigrantes impulsadas por el gobierno dominado por la ley extrema.
“Inmigración clandestina”
Meloni llegó al poder en octubre con una coalición que prometía reducir la inmigración relacionada con Italia.
La nueva ley obliga a las embarcaciones humanas a realizar un solo rescate en el mar, lo que tras las críticas aumenta el riesgo de muerte en el Mediterráneo central, considerado el viaje más peligroso del mundo para los migrantes.
Para el ministro del Interior italiano, Matteo Piantedosi, esta “tragedia (…) demuestra cómo es absolutamente necesario luchar con firmeza contra las reglas de la inmigración clandestina”. La situación geográfica de Italia lo convierte en un destino de elección para los solicitantes de asilo que pasan del norte de África a Europa.
Roma se queja desde hace años del número de llegadas a su territorio. Según el Ministerio del Interior, En busca de 14.000 inmigrantes se han incorporado a Italia desde principios de año, frente a los 5.200 del mismo periodo del año pasado y los 4.200 de 2021.
Aunque los oenegés tan solo escaparon un poqueño porcentaje de ellos –la mayoría son interceptados por la guardia costera o por embarcaciones de la armada–, el gobierno lo acusa de estimular a los traficantes y de prestar su trabajo a los traficantes.
“Hay que salvar a la gente en el mar en la costa, sin penalizar a quienes los ayudan”, escribió el domingo en Twitter Carlo Calenda, exministro y líder del partido centrista Acción. “Es inaceptable desde el punto de vista humano e incomprensible, ¿por qué estamos aquí presenciando una tragedia que se puede evitar?”, reaccionó la enegé Médicos Sin Fronteras (MSF) en Twitter.
extensión AFP