La ciencia ya no es lo que era. Ahora, aunque investigue mucho más, los descubrimientos son menos disruptivos que antaño. Las patentes surgen, en el mejor de los casos, para consolidar algo que existe. Sí Sí no hay avances que requieran dinamizar los conocimientos previos como ocurrió, por ejemplo, con el descubrimiento de la doble hélice del ADN. Esta es la premisa contundente que define, con más de diez años dados en la mano, un análisis publicó este místico miércoles en la revista científica ‘Nature’. Con la publicación de este artículo, el debate está servido. ¿Se inventa ahora menos que antes?
El estudio analiza datos de 45 millones de estos estudios científicos y casos cuatro milésimas de una patente de los últimos seis años. A partir de aquí se analiza el “índice disruptivo” de estas publicaciones. La tendencia a citar estos documentos en estudios posteriores para comprobar si, efectivamente, la investigación de nuevos caminos ha tenido éxito es decir. ¿La conclusión? Que ahora investiga más que nunca pero, paradójicamente, los Los avances científicos ya no son tan rompedores como antes.
“El desajuste natural de la investigación está cambiando”, explica russell funk, profesor de la Universidad de Minessota y primer autor de este análisis. “Estamos cada vez más acostumbrados a ver innovaciones incrementales que no hay avances que estimulen la ciencia de una forma drástica”, añade el investigador. En este sentido, el análisis argumenta que los actuales avances científicos están más en la línea de ayudar a mejorar el ‘statu quo’ de los conocimientos cientificos ya existentes pero ya no consiguen darle el voluntazo esa hada para conseguir ciencia y tecnología tiene nuevos rumbos.
Los datos que arroja el análisis son claros. Entre 1945 y 2010, el “Index de desintegración” de los artículos científicos ha caído un 91% en ciencias sociales y 100% en ciencias físicas. Está en el caso de patente, entre 1980 y 2010 este indicador alcanzó el 78,7% en ciencias computacionales y el 91,5% en medicina y farmacia. Este tendencia se observa en todas las disciplinas: de las ciencias de la vida ha pasado la biomedicina y la tecnología. Pero, ¿de qué debe tratarse este fenómeno? ¿Era la ciencia anterior mejor que la actual? ¿Por qué no tienes ‘giros copernicanos’ en la investigación?
¿Ya no hay ciencia rompedora?
La vertiente de la “ciencia disruptiva”, según los autores de este análisis, no debe ser una bajada de la calidad del trabajo cientifico en si. de hecho Nunca ha sido investigado y publicado tanto como ahora.. Entonces, para comprender este cambio de paradigma, se deben investigar más causas estructurales. La primera hipótesis plantea que antaño fue “mas facil” lograr resultados rompedores porque la ciencia no era “tan madura” como ahora. Asimismo, aunque podría defender la idea de que los descubrimientos más disruptivos ya se han producido y que, gracias a ellos, la ciencia puede avanzar por otro camino.
significa esto ciencia ya no puede ser rompedora? “Este artículo plantea un debate muy interesante porque, al fin y al cabo, se pregunta cómo definir el impacto de la ciencia. Hablar de disrupción es interesante, pero no es el único criterio a tener en cuenta”, explica Mercè Segarra, catedrático de Química y vicerrector de Transferencia del Conocimiento de la Universidad de Barcelona (UB). “Allá La forma de hacer ciencia ha cambiado radicalmente. en las últimas décadas. Ahora todo va mucho más rápido. Los investigadores trabajan en un contexto diferente. Y los objetos también están cambiando“, Reflexiona la experta.
porque la cola muere
Surge la segunda hipótesis para explicar la ‘pendiente de perturbación’ en la ciencia uno de los problemas estructurales de la ciencia actual: el “publicar o morir” (“publicar o perecer”) que obliga a los investigadores a publicar continuamente para ‘sobrevivir’ en la academia. “Los científicos se vieron obligados a publicar continuamente porque, en el sistema actual, es la única forma de obtener antecedentes para seguir investigando. Antes quizás podías permitirte el ‘lujo’ para publicar solo cuando tenías algo más revolucionario, pero ahora mantienes eso. publicar cualquier pequeño avance para justificar tu trabajo va por el buen camino y así obtendrás más financiación. Es una pieza que muere la cola“, comenta Segarra.
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La tercera hipótesis que plantea el artículo, y que quizás sea la más controvertida, argumentando que el eco de lo que las ciencias científicas son cada vez más especializadas difícil “pensar fuera de la caja” paraca lograr así algo rompedor. Sobre esto también coincide, en parte, Segarra. “Es cierto que los más especiales puedes avanzar en una zona muy concreta pero, con el tiempo, pierdes un poco la perspectiva externa. También es seguro que cada más lo intentará promover líneas de investigación transdisciplinares para unir los conocimientos, los intereses y las miradas de espertos de diferentes áreas”, dice el científico.
El futuro de la investigación científica pasar a discutir todos estos debates y, según Segarra, reenfocarse en sus objetivos. “Cada vez hay más consenso sobre que la ciencia debe ante todo ser Útil para resolver problemas sociales.. Para ello necesitamos abrir un debate al respecto. cómo recuperar el trabajo científico para responder a los desafíos de la actualidad y ayudar a crear un mundo mejor“, Reflexiona la experta.