Una reciente encuesta de Ipsos reveló la desconfianza de los ciudadanos hacia el gobierno de Dina Boluarte y reveló serios problemas con la credibilidad de la actual administración. Según los resultados, el 85% de los peruanos cree que la presidenta podría intervenir para proteger a su hermano Nicanor Boluarte, quien se encuentra prófugo de la justicia y enfrenta 36 meses de prisión preventiva por su presunta participación en el oscuro caso Waykis. organización criminal, influencia y soborno.
Por el contrario, sólo el 9% de los encuestados cree que el presidente quedará fuera de la investigación. Los datos reflejan un profundo escepticismo hacia Boluarte, alimentado por antecedentes similares, como el caso de Vladimir Cerrón, ex gobernador y líder político que estuvo prófugo durante meses antes de ser capturado.
Para Guillermo Loli, director de Estudios de Opinión de Ipsos Perú, estas cifras confirman la falta de credibilidad del gobierno. Según Loli, «esto es un reflejo del deterioro de la percepción pública hacia el Gobierno de Boluarte, considerado ineficiente y falto de transparencia». Continuó señalando que serían necesarias acciones drásticas como la captura de Nicanor Boluarte o Vladimir Cerrón para revertir esta imagen, aunque destacó que esto parece poco probable en el contexto actual.
El personaje de Dina Boluarte enfrenta una de sus peores crisis de confianza desde que asumió la presidencia, con un creciente descontento ciudadano que cuestiona su capacidad para liderar un país que enfrenta problemas estructurales como la corrupción, la inseguridad y la minería informal.
El Reinfo: entre las críticas y el llamado a la reforma
Otro aspecto que destaca en la encuesta de Ipsos es la percepción negativa sobre el Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo), sistema diseñado para promover la formalización minera en el país. Según la encuesta, el 74% de los peruanos familiarizados con el mecanismo cree que debería eliminarse y reemplazarse por un modelo más eficiente. Las críticas a Reinfo se han intensificado en medio de acusaciones de que el registro facilita actividades ilegales relacionadas con el tráfico de drogas, la trata de personas y el blanqueo de dinero.
Carlos Gálvez, expresidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), fue enfático en su valoración del sistema, al calificarlo como «una herramienta que protege la minería ilegal». Según Gálvez, Reinfo limita la capacidad de actuación de las autoridades policiales y judiciales porque las disposiciones legales eximen de responsabilidad penal a los mineros registrados. Enfatizó que esto se traduce en una barrera en la lucha contra actividades ilegales que se disfrazan bajo el disfraz de la formalización.
El tema Reinfo ha levantado tensiones políticas en el Congreso, donde algunos analistas señalan intereses vinculados a los sectores informales. El analista político Iván Arenas advirtió que el legislativo evita discutir la ampliación del sistema por los posibles vínculos de algunos legisladores con grupos que operan al margen de la ley. «Es evidente que algunos congresistas están conectados con intereses ilegales», dijo Arenas, destacando la falta de voluntad política para abordar el tema de frente.
Mientras tanto, la moción de censura al ministro de Energía y Minería, Rómulo Mucha, impulsada por el partido Fuerza Popular, ha añadido más presión al escenario político. El movimiento busca responsabilizar al ministro por su supuesta falta de control sobre la minería ilegal y por una gestión que ha sido tachada de ineficiente. La censura también resalta la necesidad de una estrategia estatal integral para abordar los desafíos que plantea la minería informal, un problema que afecta tanto al medio ambiente como a las comunidades locales.
Un panorama integral para el gobierno
La combinación de una crisis de credibilidad en el gobierno de Dina Boluarte y las crecientes críticas a Reinfo subraya la magnitud de los desafíos que enfrenta el país en su lucha contra la corrupción y la minería ilegal. Los dos problemas están estrechamente relacionados, ya que la falta de confianza en las instituciones dificulta la implementación de políticas efectivas y refuerza la percepción de que el Estado es incapaz de responder a los problemas más apremiantes.
En este contexto, el gobierno enfrenta una doble tarea: recuperar la confianza de los ciudadanos y demostrar un compromiso real con la transparencia y la justicia. Sin acciones concretas y vigorosas, como el fortalecimiento de las instituciones encargadas de investigar y castigar la corrupción y la reforma del sistema de formalización minera, es difícil imaginar una mejora en la percepción pública.
La falta de credibilidad y las críticas constantes también tienen implicaciones a largo plazo para la estabilidad política del país. La desconfianza hacia Dina Boluarte y su gobierno afecta no sólo su capacidad de liderazgo, sino que también amenaza la legitimidad del sistema político en su conjunto. Es urgente que el ejecutivo y el legislativo trabajen juntos para implementar reformas que aborden eficazmente los problemas estructurales que enfrenta el país.
En resumen, la situación actual refleja un profundo malestar social y político que requiere soluciones inmediatas. Tanto la desconfianza en la presidencia como las críticas a Reinfo son síntomas de un problema más amplio: la falta de un liderazgo claro y la ausencia de políticas efectivas para abordar los desafíos más críticos del país. Sin un cambio de rumbo, el gobierno de Dina Boluarte podría enfrentar dificultades aún mayores para intentar recuperar la estabilidad y la confianza de los peruanos.