«Caían bombas de todos lados; de la marina, de la artillería y de los aviones”.

(Lea aquí: Israel avisa a los habitantes de Gaza que la zona es ahora un ‘campo de batalla’)

Con estas palabras le relató a la agencia AFP Alaa Mahdi, un habitante del campo de refugiados de Shati, en la parte norte de la Franja de Gaza, cómo fue la noche del viernes al sábado en la que el Ejército de Israel recrudeció sus bombardeos contra el movimiento islamista Hamás e inició lo que denominaron una “nueva fase” de incursiones en el enclave palestino.

“La tierra en Gaza tembló”, declaró el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, después de que las fuerzas terrestres de su ejército avanzaron hacia Gaza, un enclave controlado por Hamás y donde viven 2,4 millones de palestinos, y confirmó que Israel “pasó a una nueva fase” en la guerra contra Hamás.

“Atacamos por encima y por debajo de la tierra, atacamos a agentes terroristas de todos los rangos, en todos los lugares. Las órdenes a las fuerzas son claras: la operación continuará hasta nueva orden”, afirmó Gallant.

Luego de esto, el ejército advirtió a los habitantes de Ciudad de Gaza (una zona norte del enclave palestino) que toda la zona es ahora un “campo de batalla”.

“La gobernación de (Ciudad de) Gaza se convirtió en un campo de batalla. Los refugios en el norte de la (Franja de) Gaza y en la gobernación de Gaza no son lugares seguros”, indican octavillas del ejército lanzada desde aviones, que urgen a los habitantes a “evacuar de inmediato” la región hacia el sur.

Atacamos por encima y por debajo de la tierra, atacamos a agentes terroristas de todos los rangos, en todos los lugares.

Esta nueva operación israelí llega después de dos incursiones que realizó el ejército en el norte de Gaza. Y si bien Israel no ha dicho si esta es la “operación a gran escala” que vienen preparando, la de este sábado, sin embargo, es la más larga y ya es considerada como la noche más dura desde el comienzo de la guerra.

Hasta este sábado en la tarde, los soldados continuaban sus operaciones dentro de la Franja. Además, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, anticipó que esta iba a ser una “larga” y “difícil” guerra.

En el terreno se registraron combates entre soldados y milicianos de Hamás en Beit Hanun, en el norte de la Franja, y en Al Bureij, en el centro.

Además, la población de la Franja se quedó aislada del mundo tras el corte de las telecomunicaciones y de internet. Como respuesta, Hamás también disparó cohetes hacia varias ciudades israelíes.

Entre tanto, el portavoz del servicio de protección civil gazatí reportó que en los bombardeos israelíes de la madrugada resultaron “completamente destruidos” cientos de edificios y de casas.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

Israel enfrenta una situación de combate desafiante en un entorno densamente urbano. Eso implicará juicios cada hora sobre cómo distinguir entre militantes de Hamás y civiles

Un total de 7.703 personas han muerto en Gaza y 18.967 han resultado heridas por los bombardeos que se llevan a cabo desde el pasado día 7, cuando un ataque por sorpresa de Hamás en territorio israelí segó la vida de 1.400 personas. Otras 229 fueron secuestradas y permanecen desde entonces en manos del grupo islamista.

Además de los combates, Israel dijo por su lado que golpeó “150 objetivos subterráneos” en el norte de Gaza, desde donde, según sostienen, Hamás dirige sus operaciones a través de la gigantesca red de túneles. Además, aseguraron haber matado a “varios terroristas de Hamás”, entre ellos uno de los responsables de la organización de la ofensiva del 7 de octubre.

Las recientes operaciones provocaron reacciones en la comunidad internacional. El secretario general de la ONU, António Guterres, criticó con dureza la “escalada sin precedentes” y pidió un alto al fuego “inmediato”.

Por su parte, el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, clamó por una “pausa de las hostilidades” para permitir la entrada de ayuda humanitaria. “Gaza está totalmente privada de electricidad y aislada mientras los bombardeos continúan” y “demasiados civiles, sobre todo niños, murieron. Eso está en contradicción con el derecho humanitario internacional”, afirmó Borrell.

Entre tanto, el Ministerio de Exteriores de Egipto acusó a Israel de “violar la resolución de la Asamblea General de la ONU” aprobada el viernes por aplastante mayoría en la que se pedía un alto el fuego.

Franja de Gaza

Una columna de humo se alza en Gaza tras la caída de una bomba.

Foto:

EFE/HANNIBAL HANSCHKE

Presión internacional

Y es que Israel se encuentra bajo presión internacional para sopesar los riesgos de una invasión a Gaza y asegurar la protección de la población del enclave palestino. El Gobierno israelí, que considera vital “eliminar” la infraestructura terrorista de Hamás tras los 1.400 asesinatos en su territorio, asegura que el grupo islamista utiliza a los civiles como “escudos humanos” en el enclave.

“Israel enfrenta una situación de combate sumamente desafiante en un entorno densamente urbano. Eso implicará juicios muy difíciles cada hora sobre cómo distinguir entre militantes de Hamás y civiles . Eso es lo que el derecho internacional humanitario exige de Israel”, le explicó a este diario David Scheffer, exembajador especial de Estados Unidos para cuestiones de crímenes de guerra y miembro del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas).

A esto se suma que debajo de Gaza hay una compleja red de túneles que ha construido Hamás en la última década que Israel asegura se ha utilizado no solo como refugio de los milicianos, sino también como infraestructura para el movimiento de arsenal de guerra, que dificulta las condiciones en el terreno.

Caían bombas de todos lados; de la marina, de la artillería y de los aviones

“Este es un terreno urbano difícil teniendo en cuenta los 300 kilómetros de túneles y ‘trampillas’ que conectan los edificios y que Hamás ha construido a lo largo de años. Hamás también utilizará a los más de 200 rehenes como escudos humanos. Las bajas serán enormes, incluso mayores que las que ya se han producido, lo que hará crecer las críticas internacionales”, le dijo a EL TIEMPO Linda Robinson, miembro del CFR.

Pero además de los civiles palestinos, de los cuales han muerto más de 7.700 desde el inicio de esta guerra, según Hamás, también los 200 secuestrados por el grupo terroristas plantean un reto mayor para el ejército. En los últimos días, diferentes gobiernos del mundo intensificaron una laboral diplomática discreta para lograr la liberación de los rehenes.

Hamás, de hecho, dijo que propuso un canje de todos los prisioneros del movimiento en Israel a cambio de las personas que tiene en su poder, una posibilidad que se concretó.

Lo cierto es que la Franja está desde una situación humanitaria crítica y sus hospitales se enfrentan a un “colapso total”, según médicos palestinos, que denuncian falta de combustibles y escasez de medicamentos.

Y aunque que Israel ha dicho que espera una operación de larga duración, la gran pregunta después será qué va a pasar con el enclave palestino si Israel logra sus objetivos, quién controlará el Gobierno de Gaza y qué va a pasar con los 2,4 millones de palestinos que allí viven.

“Quién se hará cargo de Gaza si Hamás es derrotado es una pregunta abierta en estos momentos. La respuesta podría implicar la Autoridad Palestina, alguna coalición árabe de apoyo y supervisión gubernamental, o alguna administración de la ONU hasta que se pueda crear un gobierno más permanente. Esto será un gran desafío, pero debería comenzar la planificación de lo que sucederá después”, acotó Scheffer.

REDACCIÓN INTERNACIONAL
EL TIEMPO
*Con AFP y Efe