Un caso relacionado con la distribución de comida en mal estado a niños y niñas de todo el país, conocido como investigación Qali Warma, puso en el punto de mira a Fredy Hinojosa. Según lo revelado por un programa periodístico de investigación Punto finalHinojosa parece ser uno de los investigadores clave del ensayo, que ha generado un amplio debate por su impacto en un sector tan vulnerable como el de los niños.
La vinculación de Hinojosa con el caso se remonta a cuando era directora ejecutiva del programa Qali Warma, etapa que coincidió con el liderazgo de Dina Boluarte como ministra de Desarrollo e Inclusión Social (Midis). Durante este período, Frigoinca, proveedora de alimentos, vio un aumento significativo en la participación en los premios del programa. Esto ha planteado dudas sobre posibles irregularidades en los contratos y la gestión del programa, en el que se gestionan fondos públicos para asegurar la alimentación de menores en situación de vulnerabilidad.
Respondiendo a las acusaciones, la presidencia emitió un comunicado negando cualquier relación entre el Midis y Frigoinca durante el gobierno de Boluarte. Según la versión oficial, los procesos de adquisición de Qali Warma se realizan de forma independiente, sin intervención directa del Estado. «Rechazamos categóricamente cualquier insinuación que intente vincular al presidente con los procesos de adquisición llevados a cabo por Qali Warma», señala el comunicado, que busca distanciar al actual Gobierno de la polémica en torno al caso.
Pese a estas declaraciones, la investigación reveló detalles que complicaron aún más la situación. Uno de los puntos más polémicos es la supuesta conexión entre Fredy Hinojosa y Nilo Burga Malca, presidente de Frigoinco. Aunque Hinojosa negó cualquier vínculo con Burga, un informe de prensa sugiere que ambos compartían espacio en el ámbito político debido a su activismo en el partido aprista. En declaraciones públicas, Hinojosa aseguró: “No tengo, he tenido ni tendré ningún tipo de amistad, negocio ni ningún tipo de relación con Nil Burga ni su empresa Frigoinca. Pese a estas declaraciones, coincidencias en sus trayectorias han levantado sospechas en diversos sectores.
Nilo Burga ha sido identificado como una figura central en las operaciones de Frigoinca, aunque no figura oficialmente como accionista de la empresa. Los documentos que presentó Punto final Lo pusieron en el puesto de presidente del directorio, lo que generó dudas sobre su verdadero papel en la empresa. La situación se complica aún más por su experiencia jurídica. En 2016, la Policía Nacional lo identificó como líder de una red de lavado de dinero que operaba a través de empresas registradas a nombre de asociados. Estas entidades simularían actividades comerciales, evitarían pagar impuestos e incluso exportarían carne de burro a los mercados asiáticos. Pese a la gravedad de las acusaciones, la investigación fue archivada por la fiscal Elizabeth Peralta, quien actualmente enfrenta su propio juicio por presunto favorecimiento de redes ilegales.
La Fiscalía ha intensificado las investigaciones para esclarecer los posibles vínculos entre Hinojosa y Burga y las irregularidades encontradas en los contratos de Qali Warma. El caso no sólo supone un desafío para las autoridades judiciales, sino que también ha creado un ambiente de tensión política para el gobierno de Dina Boluarte. En un contexto de creciente desconfianza social, el escándalo añade una nueva capa de complejidad a la gobernanza que ya enfrenta muchas preguntas desde múltiples frentes.
A medida que avanza la investigación, el caso de Qali Warma se ha vuelto emblemático de los problemas estructurales que afectan los programas sociales del país. La falta de transparencia en los procesos de contratación e implementación, así como la posible interferencia política, pusieron de relieve la necesidad de fortalecer los mecanismos de supervisión y rendición de cuentas. El impacto de estas irregularidades en los ciudadanos más vulnerables, en este caso los niños beneficiarios del programa, también pone de relieve la urgencia de priorizar la integridad en la gestión de los fondos públicos.
En este complejo panorama, el Ministerio de Administración Pública tiene la tarea de esclarecer la verdad detrás de las acusaciones y determinar la responsabilidad adecuada. Los ciudadanos, a su vez, esperan que la investigación no sólo arroje resultados concretos, sino que también sirva como punto de partida para la implementación de reformas que eviten que casos similares se repitan en el futuro.