António Guterres, Secretario General de la ONU, comparó los desafíos actuales con los males del mito de Pandora: conflictos, desigualdades, cambio climático y tecnología descontrolada. En su discurso ante la Asamblea General, subrayó que estas amenazas no solo dificultan el desarrollo sostenible, sino que también ponen en riesgo la supervivencia global. A pesar del panorama, destacó que “la esperanza permanece” y que existen soluciones listas para ser implementadas si se actúa con decisión.
Inspirándose en el mito de Pandora, el Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, comparó el pasado miércoles 15 de enero los desafíos globales actuales con “los cuatro males” que escaparon de la caja: conflictos, desigualdades, la crisis climática y una tecnología sin control. Según advirtió, estas amenazas no solo perturban el desarrollo sostenible, sino que también podrían poner en riesgo la supervivencia humana.
Durante su intervención ante la Asamblea General para presentar las prioridades de la ONU en 2025, Guterres expresó que hay motivos para la esperanza: “Tenemos los planes para abordar estos retos. No necesitamos reinventar la rueda, sino ponerla en marcha”.
Oriente Medio: una región en transformación
Guterres señaló que Oriente Medio vive un proceso de “remodelación” cuyo desenlace aún es incierto. En su análisis, planteó dos posibles escenarios para Israel y Palestina: uno que conduzca hacia una solución de dos Estados y otro marcado por la anexión y la negación de los derechos del pueblo palestino.
En Gaza, destacó como un “signo de esperanza” los avances en las negociaciones para un acuerdo de alto el fuego y la liberación de rehenes. También resaltó el caso de Siria, país que, tras años de guerra, tiene la oportunidad de convertirse en un modelo de convivencia inclusiva y pacífica. En el Líbano, celebró la elección de un presidente tras más de dos años de estancamiento político, lo que podría ser el inicio de una nueva era de estabilidad institucional.
Más allá de esta región, el Secretario General se refirió a crisis en Ucrania, Sudán, Haití y Yemen, instando a priorizar la prevención y resolución de conflictos, además de garantizar la participación significativa de las mujeres en procesos de paz y toma de decisiones políticas.
La desigualdad como síntoma de un sistema fallido
En su intervención, Guterres describió las desigualdades globales como un indicio de fallos profundos en los sistemas sociales, económicos y financieros. Subrayó la necesidad de incrementar la financiación para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y propuso enfocarse en áreas críticas como la erradicación de la pobreza, la seguridad alimentaria, la educación, la protección social, el acceso a la sanidad universal y la lucha contra el cambio climático.
Para ello, instó a fortalecer la capacidad de préstamo de los bancos multilaterales de desarrollo, asegurando que los recursos lleguen a los países más vulnerables, más allá del PIB per cápita.
La urgencia climática: quién paga el precio
Guterres criticó duramente a la industria de los combustibles fósiles, que continúa obteniendo grandes beneficios mientras su actividad causa estragos en el planeta. “La gente corriente paga el precio de esta devastación, especialmente las comunidades más vulnerables, que menos han contribuido al problema”, afirmó. El Secretario General reiteró que las emisiones globales deben alcanzar su punto máximo este año para limitar el calentamiento global a 1,5 grados. Además, pidió a los países desarrollados cumplir con su compromiso de duplicar la financiación para la adaptación climática y acelerar una transición justa hacia energías limpias.
Gobernar la inteligencia artificial para el bien común
En cuanto a la revolución tecnológica, Guterres instó a la comunidad internacional a garantizar que la inteligencia artificial (IA) beneficie a toda la humanidad y no solo a unos pocos privilegiados. Propuso crear un Panel Científico Internacional Independiente y un Diálogo Mundial sobre la gobernanza de la IA, trabajando en conjunto con países como España y Costa Rica.
“La IA puede ser una herramienta poderosa para reducir la pobreza, mejorar la salud, transformar la educación y acelerar descubrimientos científicos”, afirmó. Sin embargo, subrayó que es esencial cerrar la brecha tecnológica y garantizar que todos los países puedan tomar decisiones informadas en este ámbito.
Sin dudas, la esperanza es el motor del cambio para el máximo referente de Naciones Unidas. Cerrando su discurso, Guterres volvió a la metáfora de Pandora, recordando que, según el poema, tras liberar los males del mundo, en la caja quedó la esperanza. “En nuestro 80 aniversario, trabajaremos para levantar esa tapa de esperanza y construir el mundo más pacífico, justo y próspero que sabemos que es posible”, concluyó.
