Este fue otro Colombia, una Colombia desesperada, animada. Una Colombia que ha cumplido el fútbol que le ha correspondido, que ha cumplido su esencia, que ha cumplido los goles necesarios para ganar 3-0 a Paraguay en el Hexágono sudamericano sub-20 final.
Colombia jugó herida, con sangre brotando de cada poro de cada jugador. El equipo quería irse sacudiendo la derrota contra Uruguay y jugó con mayor claridad, con chispa. Era una Colombia dominante.
A la cancha salió el equipo con una novedad clave, cabezas en el ataque. La brecha de gol obligó al DT Héctor Cárdenas a rebuscar entre sus posibilidades, y le dio la titulación a Cabezas, para entrar a salvar el ataque.
Otra Colombia
Paraguay, antes de sufrir la ferocidad de Colombia, intentó sorprender, quizás sabían que el portero Marcheni Llevó el peso del gol ese dios contra Uruguay, pero no contó con que esta vez lo traeré para estar en plenitud, que no quiere dar media oportunidad, ni medio rebote.
Con el arquero seguro, los de arriba se liberaron. Colombia tocó al toque corto y demoledor. El pase filtrado que puede con todo. Así marcó el primer gol, aunque fue anulado en los pies de Cabezas, fuera de lugar.
En el vino ratico el desquite: Monsalve dejó a Cabezas de cara all’arco, y Cabezas no falló, fue el 1-0 en 28 minutos.
El gol a favor fue como quitarse toneladas de hierro de la espalda. La selección dio un paso más. Torre probó desde afuera en una demostración de confianza.
Cortés liquidado
El segundo gol fue una demostración de fútbol, con un toque brillante, con Cortés inventando un par que dedicó a perfeccionar Cabezas, y cuando su balón de regreso sacó su inspirada fila, Iban 40 minutos y Colombia había liquidado el partido, pero aún faltaba mucho.
Lo de Paraguay se apeló a Segovia, ese intrépido volante que inventó un remo travesaño.
La segunda vez estuvo fuera de control. Colombia dueño de la pelota y el ritmo del juego, atacó como pregunta y cuando se le preguntó. El equipo crecía y crecía, y cuando se hacían los cambios era solo para refrescar, por lo que se mantuvo la idea.
Esta Colombia que vino a Paraguay era la mayoría de los equipos que el país quería ver: ese equipo que no regala goles. Este equipo tiene objetivos. Ese equipo donde los goles son de los atacantes. Sin embargo, Colombia miró un as, Gustavo Portael volante que habría que colocar en el sillín, como el hizo contra él Brasil, y esta vez sacó otro pelotazo fuera del área para inflar la roja. Golazo.
Colombia ganó y recuperó la confianza. Llegó a 3 puntos en un hexagonal que lideran Brasil y Uruguay con 6. El próximo rival será Ecuador, el mones.
PABLO ROMERO
redactora de EL TIEMPO
@PabloRomeroET