- tomás gorrión
- BBC Mundo, Washington (@bbc_sparrow)
Solo el chileno Juan Gabriel Valdés tiene que apuntar a los respiraderos de su residencia para dejar constancia de cómo llegó al punto de la muerte en uno de los personajes observados en la historia de Washington.
A 200 metros de donde ahora vive en el noroeste de la capital estadounidense, en una localidad llamada Sheridan Circle, el exministro chileno Orlando Letelier murió el 21 de septiembre de 1976 al explotar una bomba instalada en su vagón.
En estas circunstancias, Valdés era un joven ayudante de Letelier y todas las mañanas viajaba con él a la oficina. Cada mañana, menos eso.
“Yo me salvé de no ir en el coche simplemente porque mi mujer me pidió que me quedara con los niños esa mañana”, le dice a la BBC Mundo Valdés, quien ha regresado a Washington por un mes para convertirse en embajadora de Chile ante Estados Unidos.
Es, casualmente, el mismo puesto que ha venido realizando Letelier desde hace más de cuatro décadas, durante el gobierno socialista de Salvador Allende.
“Estoy muy feliz de estar de vuelta, sí vivo en un mundo de recuerdos que se presenta en todos los casos donde los lugares a los che ido desde que estoy acá”, dice Valdés.
El bagaje inolvidable del pasado
Fuente de imagen, Archivo Fundación Salvador Allende
Orlando Letelier fue una figura importante en el gobierno de Salvador Allende, con quien aparece en esta imagen de 1973.
El lugar más evidente en el lugar donde sale a relucir es este irresoluble bagaje del pasado -como lo describe una persona- es un pequeño monumento ubicado cerca de un árbol, en el que no reparan muchos transeúntes.
Se cruza con uno de los escalones de su casa, en el barrio embajadas, y graba una imagen de Letelier y su asistente estatal Ronni Moffitt, quienes también fallecieron en el bombazo. El monumento pide justicia, paz y dignidad.
“Todas las mañanas paso en el auto, veo esto y veo este momento, un momento muy definitorio en mi vida”, dice Valdés mientras observa el monumento.
“No es fácil quedarse con palabras para explicar emociones y en este caso es increíble cómo no puedes dejar de registrarlo cuando pasas por aquí”.
En lo que a Valdés se refiere, es para describir su relación con Letelier, figura a la que se admira y respeta hasta el punto de considerarlo un «héroe de una historia de resistencia».
La figura de Letelier
Fuente de imagen, mundo de la bbc
En el noroeste de Washington hay un monumento dedicado a Letelier.
Letelier fue ministro de Defensa de Allende cuando fue derrotado por el general Augusto Pinochet en 1973.
Lo enviaron a Isla Dawson, un centro de tenencia en el extremo sur de Chile. Tras ser liberado, se exilió en Washington para trabajar en el Centro de Estudios Políticos, una organización de izquierda.
En la capital estadounidense partió como un acérrimo opositor de Pinochet y conoció a Valdés, quien terminó sus estudios de doctorado en la Universidad de Princeton y trabajó en su momento organizando campamentos de estudiantes contra el líder militar chileno.
En marzo de 1976, seis meses antes del vagón bomba, comenzaron a trabajar juntos.
Letelier «fue una persona muy influyente, pero cometió un único error», recuerda Valdés. «Estaba convencido de que nada podría pasarle en Washington».
Pero sucedió: una investigación del Buró Federal de Investigaciones (FBI) encontró que el asesinato fue planeado por agentes de la policía secreta chilena, la DINA, bajo las órdenes de un estado llamado Michael Townley.
Fuente de imagen, mundo de la bbc
Valdés recibió a BBC Mundo en la Embajada de Chile en Washington.
«El que debería haber estado en ese auto era yo»
Caso cuatro décadas después del atentado, Valdés admite que la muerte de Letelier tuvo un efecto profundo en él y marcó «la destrucción de la inocencia».
“Creó una situación de proximidad con el mal que jamás habíamos imaginado antes”, dice. «Esto, por supuesto, tiene un impacto muy fuerte en un hombre joven y cambia su carácter».
El embajador también tenía sentimientos de culpa y confiesa que en vez de Ronni Moffitt, «lo que debería haber estado en este auto era yo, a quien Orlando recogía todas las mañanas».
Fuente de imagen, Museo de la Memoria y los Derechos Humanos
Entonces pidió que el tanque de Letelier explotara en Washington. (Foto cortesía del Fondo Isabel Morel, Archivo Museo de la Memoria y los Derechos Humanos).
«No, dejó de preguntarme por qué no llamamos a la policía cuando vimos que el auto tenía expresiones extrañas: los incendios se iniciaron el día anterior sin explicación o si perdieron las llaves hasta que entendimos de dónde lo habían sacado del taller». .
Dudan que quieran responder, pero quizás le dio a Valdés un ímpetu adicional para compartir su historia con Letelier.
El mismo día que presentó credenciales ante el presidente estatal Barack Obama, a mediados de mayo, Valdés estuvo con su equipo de la embajada en el monumento en Sheridan Circle, le dejó un arreglo floral y le entregó un homenaje a quien fue su mentor.
Este gesto, asegura, marcó el regreso a un momento muy importante de su vida, pero también lo considera parte del camino que ha recorrido Chile para reconstruir su memoria colectiva.
«Acá hay un proceso de heridas que quedaron abiertas y uno lo que quiere è sanar de esa brutalidad que significante en la vida de todos nosotros el régimen de Pinochet».
Así describió Juan Gabriel Valdés quien fue su regreso oficial a esta ciudad de quien partió, a los pocos meses de la bomba, lleno de desesperación y con el objetivo de recuperar la vida. Hoy está acá con el objetivo de no olvidar tu pasado.
Fuente de imagen, mundo de la bbc
Valdés asumió el cargo el 21 de mayo de este año.