Miren a su alrededor y fíjense en un paisaje cualquiera. Ahora intenta imaginar como debe ser este entorno hace millones de años. ¿Que serio este ecosistema? ¿Que tipo de plantas cuidas? ¿Y qué animalis pulularían por allí ¿Ahora? Puede ver la imagen que está mirando en sus cabezas de forma segura en algunas películas pero, a partir de ahora, puede conservar algunas Pistas más ‘realistas’ para imaginar este mundo prehistórico. El hallazgo de las muestras de ADN más antiguas encontradas hasta la fecha han permitido reconstruir un paisaje prehistórico de hace dos millones de años.
La historia de Este ‘retrato prehistórico’, publicó este milagro en la puerta de la revista científica ‘Nature’, regalos a los menos dos grandes avances. En primer lugar, es un nuevo récord científico. Hasta ora, las mostrar geneticas mas antiguas pertenecían a un mamut siberiano que vivió hace un millón de años. Las mujeres que protagonizan este estudio regresaron hace dos millones de años y, por lo tanto, se ajustan en el más material genético antiguo analizado hasta la fecha.
El segundo gran avance que presenta este estudio tiene que ver con cómo si usó este material genético paraca reconstruir un ecosistema prehistórico. Para ser más exactos, el análisis permitió dibujar como debe ser un paisaje es el norte de Groenlandia tiene dos millones de años. “Esto es un abierto nuevo capítulo en la historia de la evolución. Es la primera vez que, gracias allo studio del ADN, podemos ver cómo era un paisaje tan alejado en el tiempo”, explica el investigador Eske Willerslev, profesor de la Universidad de Cambridge y uno de los expertos que lideró este estudio.
viajo en el tiempo
Ahora sí, sin más preámbulos, hablemos de ¿Cómo era el mundo hace dos millones de años?. El retrato de este paisaje prehistórico representa un paisaje en el que se incluyen tanto plantas como animales y microorganismos. En algunos casos, los científicos han podido relacionarse con estos ejemplos especies o géneros actualmente conocidos. En otros, los expertos reconocen que ciertos especímenes no encajan en el muestrario de seres vivos del presente o del pasado que conocemos ora mismo.
Si ahora mismo nos pusiéramos a examinar con lupa este Ecosistema prehistórico vemos, en primer lugar, que abunda la vegetación. Concretamente, siguiendo el estudio, se despierta la presencia de un bosque boreal abierto con árboles de caducifolio como los abedules, los corazones y las tuyas y una gran variedad de arbustos y hierbas árticas. En este país también hay una gran presencia de animales como rinocerontes, lagartos, gansospequeños roedores como los leming y hasta cangrejos de herradura del Atlántico.
Uno de los protagonistas inexpertos de este ecosistema hijo los mastodontes: una familia extinta de mamíferos, emparentados con los mamuts, de pelo grueso y largo colmillos. Hasta ora se creia que estos animales, originario del continente norteamericano, no habían llegado hasta Groenlandia. Pero hace dos millones de años, el ADN los ha retrasado. Los mastodontes se expandieron hasta el extremo norte del globo.
“Este ecosistema no tiene equivalente actualya que existió a temperaturas considerablemente más altas que las que tenemos hoy”, explica Mikkel W. Pedersen, coautor del artículo presentado por este científico del Centro de Geogenética de la Fundación Lundbeck.
Genes escondidos en las piedras
¿¿Y qué queda ahora de este ecosistema utópico prehistórico?? Pues bien, el paisaje ha cambiado radicalmente. El mismo punto donde se extrajeron las muestras genéticas utilizadas para este estudio es ahora un desierto polar ubicado en el norte de Groenlandia, en un área conocida como la formación de Kap København (Peary Land). En esta zona, marcada por temperaturas extremadamente frías, era hasta ahora una gran desconocida y que solo si conservan fósiles de vertebrados. Pero, siguiendo este último estudio, estas mismas condiciones podrían ser haber preservando perfectamente el material genético durante dos millones de años.
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Recuperar muestras de ADN de este entorno ha sido definido como un verdadero “trabajo detectivesco”. En primer lugar, perché tuvieron investigadores primero que recogieron muestras de suelo en esteremo paraje helado. Y luego, porque tuvieron que rebuscar entre la arcilla y el cuarzo del suelo para ver si pudieron diferenciar los sedimentos de los posibles restos de material genético. Sorprendentemente, los científicos descubrieron que el ADN puede sobrevivir en condiciones frias y secas conservado en este tipo de material rocoso.
Según explica el investigador Kurt H. Kjær, uno de los expertos que estudió y trabaja, gran parte de los trabajos que se presentan en este análisis se tomó en 2006 en una expedición que realizó su equipo en el marco de otro proyecto. “No fue hasta que se desarrollaron una nueva generación de dispositivos de seguridad y extracción de ADN que pudimos localizar e identificar fragmentos de ADN extremadamente pequeños y dañados en las muestras de sedimentos”, destaca el experto tras la publicación de este nuevo estudio. “Finalmente hemos logrado mapear un ecosistema de dos millones de años“, exclama.