Él Parkinson Se trata de una enfermedad neurodegenerativa en la que determinadas células cerebrales que intervienen, de forma específica y principal, en la coordinación y generación de los movimientos musculares; Se van afectando progresivamente, disminuyendo las capacidades motoras y cognitivas del paciente.
Los síntomas iniciales y frecuentes asociados son: temblor, lentitud de movimientos y rigidez, afectando sólo a un lado del cuerpo y siendo bilaterales a medida que avanza el tiempo. La enfermedad afecta a millones de personas en todo el mundo y su tratamiento eficaz puede requerir una atención constante y compasiva.
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“El papel de los familiares es fundamental en la vida de un paciente con enfermedad de Parkinson, por eso es importante educarlos y brindarles el apoyo emocional que necesitan. Deben estar preparados para atravesar situaciones de conflicto e incertidumbre con su paciente, así como practicar el autocuidado para poder realizar su trabajo con seguridad, fortaleza y eficiencia. El gran apoyo para los cuidadores familiares son los profesionales de enfermería, quienes les ayudarán a gestionar situaciones de estrés, ansiedad, depresión e incluso duelo por la pérdida de la salud de un ser querido.“, afirma la Lic. Norma Eugenia Sandoval Diez, profesora de Técnico en Enfermería del Instituto Carrión.
Teniendo esto en cuenta y en torno al Día Mundial del Parkinson (11 de abril), el especialista brinda un listado de cuidados que debe recibir un paciente con Parkinson en su domicilio.
- Crea un espacio seguro en tu hogar. Evite pisos resbaladizos, alfombras sueltas, cables eléctricos desordenados y demasiados muebles que puedan impedir el movimiento libre y seguro. Si hay escaleras colocar pasamanos y los sillones y sillas preferiblemente deben ser estables y con respaldo alto. En tu espacio de descanso, la cama debe tener una altura adecuada y si es necesario colocar barandillas. En el baño, coloque una silla firme especial en la ducha para que pueda tener apoyo durante el baño.
- Promueve el ejercicio y las terapias.. La actividad física moderada y regular puede ayudarle a mejorar la movilidad, la fuerza muscular y la coordinación. Los masajes son importantes antes de todo ejercicio, porque reducirán la rigidez y el dolor en zonas específicas. Además, terapias como la termoterapia que utilizan calor favorecen la dilatación de los vasos sanguíneos y mejoran la nutrición celular, reduciendo la rigidez y el dolor.
- Ayúdalo a controlar el sueño y la fatiga.. Incrementar la actividad física ligera y evitar las siestas durante el día. Si los medicamentos que toma el paciente le causan somnolencia, es importante reportarlo para su ajuste por parte de su médico tratante. Establece un horario para dormir y despertarte, esto ayudará a mantener un sueño regular. Por otro lado, ayúdalo a realizar alguna actividad relajante antes de dormir, como escuchar música suave, leerle un libro o darle masajes.
- Mejora tu nutrición. Con una dieta saludable que contenga frutas y verduras para evitar el estreñimiento. Asimismo, incluye proteínas, como pescado, legumbres, lácteos y frutos secos para fortalecer tus músculos, huesos y tejidos. Lo ideal es una dieta semisólida, es decir, de consistencia de papilla o puré. Evita piezas grandes y/o duras y asegúrate de que tenga la hidratación adecuada.
- Busque apoyo emocional. Tanto para el paciente como para los cuidadores el apoyo emocional es fundamental. Participar en grupos de apoyo, buscar orientación profesional y cuidar su salud mental son aspectos importantes para afrontar los desafíos asociados con la enfermedad.
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